
En un extenso artículo, Deborah Cohen, editora de
investigaciones de la revista, recalca la falta de evidencia que existe para
respaldar el impacto positivo que se supone bebidas como Gatorade y Powerade ejercen en los atletas que las consumen.
La investigación de Cohen ahonda en el resultado de una muy cuestionable alianza entre la industria de las bebidas y la academia
científica para la creación de la llamada “ciencia de la hidratación”, puesta al servicio de la maquinaria de mercadeo de grandes compañías interesadas en impulsar las ventas de sus productos.
Fue así como se llegó al concepto de
“prehidratación”, beber antes de tener sed (según el cual su cerebro no sabe que usted tiene
sed) y la necesidad de entrenar el intestino para tolerar más líquidos.

Según pudo comprobar la investigación realizada por
la BMJ, este radical viraje en la importancia de la hidratación, y
consecuentemente en el consumo de bebidas hidratantes, es producto del patrocinio que estas compañías le han dado a
grupos de científicos, quienes terminaron por desarrollar un área de la ciencia
dedicada exclusivamente a la hidratación.
Convenientemente, estos mismos científicos luego
terminaron influenciando a las organizaciones de medicina deportiva y de ahí
hacia abajo se tejió un engranaje de difusión de consejos de salud que incluyen
la campaña de temor sobre los peligros de la deshidratación.
Dicho de otra manera, se creó una temible y
potencialmente letal “enfermedad” asociada con la práctica del ejercicio
físico, cuyo remedio lleva el nombre de Gatorade, Powerade y similares.
Contrario a lo que pregonan estas compañías, sí existe un riesgo comprobado de desarrollar enfermedades y muerte, pero por la
sobrehidratación y nunca por la falta de agua durante el ejercicio.
Ciencia y mercadeo
Con el respaldo de multimillonarias campañas
publicitarias de gigantes como PepsiCo (Gatorade) Coca-Cola (Powerade) y
GlaxoSmithKline (Lucozade), la expansión del consumo de estas bebidas al
público en general (incluidos los niños, niñas y adolescentes) fue inevitable.
“La clave detrás del acenso meteórico en el consumo
de bebidas deportivas recae en la alianza entre ciencia y el mercadeo creativo.
Lo que comenzó como una simple mezcla de ingredientes de cocina, se convirtió
en “una pieza esencial del equipaje deportivo”, detalla el estudio.

No obstante los muchos riesgos y temores -que con
gran efectividad la industria de las bebidas hidrantes ha logrado propagar- lo
cierto del caso es que no existe evidencia científica que compruebe la
inminencia de muerte por esta causa durante la práctica de un ejercicio o
deporte.
Arthur Siegel, profesor asociado de medicina de la
Universidad de Harvard, citado por la investigación publicada por la BMJ,
confirma no solo que nadie haya muerto durante una maratón por esta condición,
sino que toda la atención sobre este tema se debe en parte al endoso que le han
dado las asociaciones de medicinas deportivas (muchas vinculadas con las
empresas antes señaladas).
Es más, gracias al ligamen entre las revistas de
medicina deportiva y la industria de las bebidas hidratantes, es prácticamente
imposible encontrar un artículo que se atreva a cuestionar el papel que juega
la hidratación en el ejercicio. Mucho menos de estudios que contengan
resultados negativos.
Importante hacer notar que la investigación realizada
por BMJ no recibió, de parte de las compañías, información sobre estudios que
de manera incuestionable respaldaran sus muy publicitados beneficios; todos
ellos resultaron sin una base científica robusta y carentes de toda confiabilidad.
Finalmente, el incremento en el consumo de este tipo
de bebidas en poblaciones infantiles es preocupante, dado que estas se asocian
con el incremento en los niveles de obesidad, producto de la cantidad de azúcar
que contienen.
La asociación que el público en general, padres de
familia incluidos, hace de las bebidas hidratantes con la salud, se debe en
mucho a la publicidad, mercadeo y al vínculo que estas marcas establecen
con figuras deportivas de renombre, así como con eventos deportivos masivos. Ejemplo: las recién concluidas
Olimpiadas de Londres 2012, copatrocinadas por la Coca-Cola.
El profesor Tim Noakes, director de Discovery health de
ejercicio y ciencia deportiva en la Cape Town University, autor de otro interesante artículo sobre mitos y verdades de la hidratación, y fuente directa
de la investigación realizada por la BMJ, sentencia:
“(La
deshidratación) es una respuesta biológica normal al ejercicio. Pierdes agua;
te da sed, tomas agua. Fin de la historia”.
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